Localización: Qualicum Beach BC, Canada.
Diseño: Tom Chudleigh.
Web: http://www.freespiritspheres.com
El objetivo de este proyecto fue el de ofrecer un alojamiento que estuviera inmerso en la naturaleza y permitiese el máximo contacto con ella, produciendo el menor impacto ambiental posible; que celebrase la belleza y la energía del entorno sin alterarlo.
Su autor Tom Chudleigh, es una persona amante de la meditación, y con un fuerte sentimiento religioso que envuelve a todo lo relacionado con la naturaleza. También siente un gran interés por todas las tradiciones paganas anteriores al cristianismo, cuyos antiguos rituales le han inspirado en este proyecto. Éstos se solían celebrar dentro de un círculo sagrado, que simbolizaba una esfera y permitía la comunión directa con el universo; un espacio en definitiva sin principio ni fin, unitario, ya que en una esfera no hay separación entre muros, suelos y techo.
Las esferas cuelgan de los árboles, eliminando todo contacto con la tierra. Una telaraña de cuerdas las sujeta y conecta con el bosque. Su estabilidad depende de una red de nudos que amarran cada esfera a tres árboles como mínimo. Las cuerdas son elásticas y el soporte principal se produce mediante unos anclajes que las unen de forma casi vertical con los árboles.
El sistema estructural permite a las esferas moverse sin restricciones, aunque de forma relativamente constante cuando el viento sopla y las copas de los árboles se balancean mucho. En el interior esto se traduce en una sensación de flotación e ingravidez.
El acceso se produce a través de una escalera y un pequeño puente colgante. La escalera tiene forma de espiral, y también se encuentra suspendida de los árboles. Ningún elemento de sujeción penetra en los troncos de cualquier manera, y la posición de todos ellos está estudiada para evitar el más mínimo daño.
Las tres esferas que se encuentran actualmente construidas (Eve, Eryn y Melody) están expuestas entre los árboles de la selva de la costa occidental de la isla de Vancouver y se alquilan por noches, aunque también se fabrican por encargo. El interior está equipado con una mini cocina y se pueden personalizar añadiendo camas y puertas.
En el exterior se dispone una caseta convencional de madera con el baño.
Una esfera se puede montar en tres o cuatro días por un equipo de tres personas. Para su producción se emplean una gran número de técnicas de la construcción naval. En un principio la estructura y la envolvente eran de madera, y ahora ésta última se está realizando también en fibra de vidrio, ya que este material ofrece la posibilidad de ser pintado con diferentes colores, permitiéndole encajar armoniosamente en la naturaleza.
Tom Chudleigh planea la creación de un nuevo centro de retiro con veinte esferas más colgadas de los árboles de un antiguo bosque, en el que dispersará además totems y obras de arte que recordarán a sus visitantes la conexión del hombre con el Espíritu y la Tierra.